lunes, 12 de julio de 2010

La Tierra es 70 millones de años más joven de lo que se había calculado, afirma un nuevo estudio geológico.

Esto quiere decir, dicen los científicos en la revista Nature Geosciences, que a nuestro planeta le tomó mucho más tiempo del que se creía para formarse después del nacimiento del sistema solar, hace 4.567 millones de años

Para confirmar la edad de la Tierra, el equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, compararon elementos químicos en el manto terrestre con los de meteoritos de la misma edad del sistema solar.

En el pasado los científicos habían calculado que el desarrollo de nuestro planeta, un proceso conocido como acreción -en el cual gas, polvo y otros materiales se combinan para formar un planeta- ocurrió hace más de 30 millones de años.

Pero la nueva investigación muestra que este proceso pudo haber tomado hasta 100 millones de años, tres veces más tiempo de lo que se pensó previamente.

Aunque los científicos creen que la Tierra probablemente creció al 60% de su tamaño actual relativamente rápido, el proceso quizás se ralentizó y tardó millones de años más en alcanzar su desarrollo total.

La acreción de nuestro planeta involucró una serie de colisiones entre trozos enormes de desechos estelares, llamados embriones planetarios.

Para investigar la edad de la Tierra, los científicos midieron los niveles de isótopos que se crearon durante esas colisiones, los cuales pueden ofrecer una especie de "reloj geológico".

"Las colisiones generaron enormes niveles de calor que provocaron que el interior del planeta se derritiera, segregando metal fundido hacia el centro para formar el núcleo", explicó a la BBC el doctor John Rudge, quien dirigió la investigación.

"Y durante este proceso, la Tierra creó una división entre su núcleo de metal fundido y su manto, la capa que lo cubre".

Muchos científicos creen que el proceso de acreción finalizó cuando un cuerpo del tamaño de Marte chocó contra la Tierra y causó el desprendimiento de parte del planeta para formar la Luna.

Los investigadores analizaron los niveles de dos isótopos, elementos químicos en el manto de la Tierra llamados hafnio 182 y tungsteno 182.

Durante un período de varios millones de años, el hafnio se deteriora para convertirse en tungsteno. Como este material se ve atraído al metal, se incorporó al núcleo de la Tierra cuando éste se estaba formando.

Ello dejó una "firma" en el manto que reveló cuánto tiempo le tomó al planeta "diferenciarse".

Al comparar la proporción de tungsteno 182 en el manto con la cantidad encontrada en meteoritos que chocaron con nuestro planeta, los científicos pudieron deducir cuánto tiempo le tomó a la Tierra crear una división entre su núcleo y su manto.

Los investigadores compararon los resultados de esta técnica con un método similar que utiliza dos isótopos diferentes.

Y en lugar de asumir que un método era más preciso que el otro y que la Tierra se formó a un ritmo constante, los científicos crearon modelos de todas las formas diferentes en el cual el proceso pudo haber ocurrido.

Según el doctor Rudge, el punto en el que los dos métodos están de acuerdo es que la formación de la Tierra tuvio que haber sido "muy rápido al inicio, después hubo una pausa y posteriormente una acreción más gradual".

Esto significa, dice el experto, que en lugar de que la Tierra se formara en 30 millones de años, le tomó un total de cerca de 100 millones".

"Calculamos que esto hace que nuestro planeta tenga unos 4,467 millones de años de antigüedad, un jovencito si lo comparamos con el planeta de 4.537 millones de años que habíamos imaginado previamente", expresa el doctor Rudge.