sábado, 8 de agosto de 2009

La sonda Kepler, reafirma la existencia de un exolaneta.


La sonda fue puesta en órbita solar en marzo pasado, con el objetivo central de detectar planetas fuera del sistema solar (exoplanetas) y determinar si en alguno de ellos existen condiciones para el desarrollo de un tipo de actividad biológica como la de la Tierra.

De acuerdo con el astrónomo de la NASA William Borucki, la detección del HAT-P-7b, situado a unos mil años luz de la Tierra, se verificó tras el análisis de datos de más de 50 mil estrellas enviados por la sonda.

"Según científicos del Centro Ames de Investigaciones de la agencia espacial estadounidense (NASA), es comparable en tamaño a Júpiter y gira en torno a una estrella similar a nuestro Sol."

Esos datos revelan que el exoplaneta podría tener una temperatura durante el día de unos mil 500 grados centígrados y una atmósfera completamente absorbente, señaló el científico.

La confirmación se basa en 10 días de información recogida antes de que la sonda iniciara oficialmente sus operaciones científicas, explicaron los científicos encargados del Kepler en una conferencia de prensa.

Además, demuestra que los instrumentos de alta precisión comenzaron a trabajar perfectamente, incluso antes de que fueran sometidos a una calibración.

Para Jon Morse, director de la División de Astrofísica de la NASA, la sonda Kepler comenzó su cacería de planetas similares a la Tierra.

"La detección de la atmósfera de un exoplaneta con sólo 10 días de información es un anticipo de lo que se viene", indicó el director.

"Esto es un buen augurio para las perspectivas de que la sonda Kepler pueda encontrar planetas como la Tierra", apuntó David Koch, principal investigador del Centro Ames.

Tras realizarse el lanzamiento en marzo, la NASA reveló que la sonda buscará determinar si en algunos de esos planetas existe agua en forma líquida, el ingrediente fundamental de cualquier manifestación de actividad biológica.

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