miércoles, 10 de agosto de 2011

NASA encuentra bases de ADN en meteoritos.



El origen de la vida en la Tierra sí pudo surgir de una fuente espacial, al menos eso lo confirma el primer hallazgo de científicos de la agencia espacial estadounidense de nucleótidos, las moléculas base que forman al ADN, en meteoritos y cometas que analizó el equipo del Centro Aeroespacial Goddard.

"Se han descubierto componentes de ADN en meteoritos desde 1960, pero los investigadores no estaban seguros si realmente provenían del espacio o si se encontraban en estas piezas por contaminación de vida terrestre. Por primera vez, tenemos tres líneas que nos dan confianza para afirmar que estos bloques constructores de ADN se crearon en el espacio", dijo Michael Callahan autor principal del artículo que habla del hallazgo y se publica en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.

El descubrimiento muestra que las reacciones químicas que ocurren en asteroides y cometas son capaces de generar nucleótidos, la base para que se formen moléculas biológicas, destacó la NASA en su página web.

El equipo del Centro Goddard detectó guanina y adenina, dos bases de ADN, en 12 meteoritos recolectados en la Antártida, así como hipoxantina y xantina, que no forman a esta macromolécula pero que actúan en otros procesos biológicos.

Además en dos meteoritos encontraron por primera vez trazas de tres moléculas relacionadas con bases nitrogenadas: purinas, 2,6 diaminopurina-, y el 6,8 diaminopurina; los dos últimos casi no se usa en la biología. Estos compuestos tienen cómo núcleo el mismo de las nucleobases, pero con una estructura de agregados, informó la NASA.

Estas moléculas nucleobase relacionados, llamados análogos de nucleobase, son las que proporcionan, por primera vez, evidencia de que los compuestos en los meteoritos vinieron del espacio y no de la contaminación terrestre.

"No se espera ver estas nucleobases análogas si provinieran de contaminantes de vida terrestre, porque no son comunes. Sin embargo si su fuente son asteroides que se comportan como fábricas químicas de materiales prebióticos, sí se pude esperar que produzcan muchas variantes de bases nitrogenadas, no sólo biológicas, debido a la gran variedad de ingredientes y condiciones de cada asteroide", dijo Callahan.

¿Cómo están tan seguros?

La segunda evidencia que confirma la hipótesis de los investigadores de la NASA de que las moléculas provienen del espacio es que el equipo también analizó hielo de la Antártida donde la mayoría de los meteoritos analizados se encontraron, con los mismos métodos utilizados en los meteoritos.

Las cantidades de las dos bases nitrogenadas, además de hipoxantina y xantina, que se encuentra en el hielo eran mucho más bajos - partes por trillón - que en los meteoritos, donde se presentan generalmente en varias partes por mil millones.

Más importante aún, ninguno de las nucleobases análogas se detectaron en la muestra de hielo. Uno de los meteoritos con nucleobase moléculas análogas cayó en Australia, y el equipo también analizó una muestra de tierra recogida cerca del lugar de caída. Al igual que con la muestra de hielo, la muestra de suelo no tenía ninguna de las moléculas de nucleobase analógicos presentes en el meteorito.

Además los investigadores produjeron en el laboratorio las bases nitrogenadas, tanto las biológicas como las análogas, asemejando la posible reacción que ocurrió en estos cuerpos celestes.

"En el laboratorio, un conjunto idéntico de bases nitrogenadas y los análogos de nucleobase se generaron en las reacciones químicas no biológicas que contienen cianuro de hidrógeno, amoníaco y agua. Esto proporciona un mecanismo plausible para su síntesis en el cuerpo asteroide padre, y apoya la idea de que son extraterrestres. De hecho, parece que hay una clase de "Ricitos de Oro" de meteoritos, la llamada CM2 meteoritos, donde las condiciones son las adecuadas para hacer más de estas moléculas", dijo Callahan.

Descubren anillo de antimatería alrededor de la Tierra


El hallazgo, descrito en la revista Astrophysical Journal Letters, confirma el trabajo teórico que predice que el campo magnético de la Tierra podría atrapar la antimateria.

El equipo responsable de la investigación asegura que un pequeño número de antiprotones se encuentran entre los cinturones de Van Allen formados de materia "normal" atrapada.

Los investigadores señalan que podrían ser suficientes para implementar un esquema usando antimateria como combustible para propulsar las futuras naves espaciales.

Los antiprotones, llamados rayos cósmicos, fueron detectados por el satélite Pamela (un acrónimo en inglés de Equipo para la Exploración de Antimateria y Estudios de Astrofísica de Núcleos Ligeros), lanzado en 2006 para estudiar la naturaleza de las partículas de alta energía procedentes del Sol y de más allá de nuestro sistema solar.

Estas partículas de rayos cósmicos pueden chocar contra las moléculas que componen la atmósfera de la Tierra, creando una lluvia de partículas.

Muchas de las partículas de rayos cósmicos o las partículas "hijas" que crean, quedan atrapadas en los cinturones de Van Allen, regiones en forma de rosquilla donde los campos magnéticos de la Tierra las atrapan.

Entre los objetivos del Pamela estaba buscar específicamente un pequeño número de partículas de antimateria entre las partículas de materia normal, mucho más abundantes, tales como protones y los núcleos de los átomos de helio.

Fuente abundante.

El nuevo análisis, clic publicado en internet, muestra que cuando Pamela pasa por una región llamada Anomalía del Atlántico Sur, ve miles de veces más antiprotones que los que se espera que provengan de partículas normales o de otros lugares del cosmos.

El equipo dice que esto es la evidencia de que las bandas de antiprotones, análogas a los cinturones de Van Allen, retienen a los antiprotones en el lugar, al menos hasta que encuentran a la materia normal de la atmósfera, cuando se "aniquilan" en un destello de luz.

El cinturón es "la fuente más abundante de antiprotones cerca de la Tierra", dijo Alessandro Bruno, de la Universidad de Bari, unp de los co-autores del estudio.

"Los antiprotones atrapados se pueden perder en las interacciones con los componentes atmosféricos, especialmente a bajas altitudes, donde la aniquilación se convierte en el mecanismo de la pérdida principal," le dijo a la BBC.

"Por encima de una altura de varios cientos de kilómetros, la tasa de pérdida es significativamente menor, lo que permite que se produzcan una gran cantidad de antiprotones".

Bruno señaló que, además de confirmar el trabajo teórico que había predicho desde hace tiempo la existencia de estas bandas de antimateria, las partículas también podrían ser una fuente de combustible novedoso para las futuras naves espaciales, una idea que se analiza en un informe para el Instituto de la NASA de Conceptos Avanzados.

martes, 9 de agosto de 2011

Facebook puede desarrollar trastornos sicológicos en los adolescentes.


Un estudio presentado este fin de semana en la convención de la Asociación Americana de Psicología por el Dr. Larry Rosen, profesor de psicología en la Universidad Estatal de California, Dominguez Hills, cuya investigación se centra en los jóvenes y la tecnología, dio a conocer que Facebook puede resultar perjudicial para los adolescentes.

De acuerdo con PC WORLD MÉXICO, Rosen presentó su investigación en la conferencia y expuso cómo los sitios de redes sociales pueden perjudicar tanto a los adolescentes que son usuarios frecuentes de Facebook tienen más problemas para dormir, niveles más altos de ansiedad, depresión y dolores de estómago.

Por su parte, los adultos jóvenes y adolescentes que pasan pasan la mayor parte del tiempo en la red social son más narcisistas y muestran más signos de otros trastornos psicológicos, incluyendo las conductas antisociales, manías y las tendencias agresivas;mientras que los estudiantes son más propensos a no asistir a la escuela, y los adolescentes y los adultos que lo usan de manera obsesiva presentan más probabilidades de ser alcohólicos.

jueves, 4 de agosto de 2011

"Hubo un tiempo en que la Luna no era una, sino dos"


Aquella colisión explicaría el enigmático relieve de cráteres y montañas de la cara oculta de nuestra Luna.

El choque se habría producido a una velocidad muy lenta y el material de la segunda luna habría acabado fusionándose con ese hemisferio lunar, que no es visible desde la Tierra.

En los próximos meses, los investigadores esperan conocer los resultados de dos misiones de la Nasa a la Luna para poner a prueba su tesis.

Durante décadas, los científicos han intentado comprender por qué el lado de la Luna que es visible desde la Tierra tiene una superficie relativamente plana en comparación con la gran cantidad de cráteres y montañas de más de 3.000 metros de altura del lado oculto.

Varias teorías habían intentado explicar lo que es conocido como "la dicotomía lunar". Por ejemplo, una de ellas sugiere que la causa es la fuerza que ejercía la Tierra sobre el océano de rocas líquidas que en el pasado flotaba bajo la corteza lunar.

Pero según esta nueva tesis, el origen se halla en una serie de colisiones cósmicas.

Tiene como punto de partida la ya formulada hipótesis del "impacto global", que consiste en que hace 4.000 millones de años un planeta del tamaño de Marte impactó contra la Tierra y que el material desprendido por el choque se fusionó dando forma a nuestra Luna.

Impacto lento.

Los padres de la nueva tesis creen que se originó otro cuerpo lunar más pequeño que quedó atrapado por la gravedad de la Tierra.

Uno de los astrónomos responsables de la teoría, Martin Jutzi, de la universidad suiza de Berna, explica que ésta casa muy bien con la idea del "impacto global".

Tras pasar millones de años "atrapada", la luna menor habría entrado en rumbo de colisión con su hermana mayor y habría acabado impactando contra ésta a una velocidad de 2,4 kilómetros por segundo, menor que la velocidad a la cual el sonido atraviesa una roca.

Jutzi resalta que esa lentitud, considerable si se tiene en cuenta la velocidad a la que suceden los impactos en el espacio, explica que no se produjera un derretimiento.

En el momento de la colisión, la luna mayor habría tenido en su superficie un "océano de magma" solo protegido por una fina capa sólida.

Como consecuencia del impacto, la corteza de la Luna se habría endurecido y el magma subyacente se habría redistribuido hacia la cara visible, una idea respaldada por las observaciones de la nave espacial de la Nasa Lunar Prospector.

La comunidad de astrónomos ha reaccionado con interés a la teoría, que dicen que tiene credibilidad, pero no están convencidos del todo.

Maria Zuber, del estadounidense Instituto Tecnológico de Massachusetts, afirma que mientras que el estudio "tiene más plausibilidad que pruebas", los autores "sugieren la legítima posibilidad de que después del gigantesco impacto contra la Tierra ésta poseyera fugazmente más de una luna".

La Tierra es el único planeta del sistema solar que tiene una sola luna. Mientras que Venus y Mercurio no tienen lunas, Marte tiene dos, y Saturno y Júpiter tienen más de 60 cada uno. Incluso el diminuto Plutón tiene cuatro lunas.

Pero la cuestión de las dos lunas no tiene repercusiones solo para la astronomía.

La Luna ha sido muy importante para poetas y músicos. Ahora queda por saber, si la segunda luna es también capaz de desatar su inspiración.