domingo, 29 de mayo de 2011

Robots crean su propia lengua e imaginan.


El proyecto de investigación Lingodroid le permite a los androides generar sonidos al azar para identificar los lugares que visitan tanto en una oficina real como en un ambiente simulado.

Las "palabras" son compartidas y los robots juegan juegos para establecer qué sonido representa cada ubicación.

El léxico ha mostrado ser lo suficientemente sofisticado como para ser usado para ayudar a los robots a encontrar sitios a los que los dirigen otros androides.

A las máquinas se les permite generar sus propias palabras porque el lenguaje humano está cargado de información que los robots encuentran difícil de entender, asegura Ruth Schulz, líder del proyecto de la Universidad de Queensland, Australia.

"El lenguaje de robots saca de la ecuación a los humanos", aseguró. "Esto es importante porque los robots han demostrado que entienden el significado de las palabras que crean sin necesidad de intervención humana", afirma.

Una de las pruebas con los Lingodroid colocó una cámara en los robots con ruedas, un localizador de rangos láser, y un sonar que utilizan para hacer un mapa del mundo. Después andan libres por una oficina de la universidad. Los robots también tienen micrófonos y altavoces para que puedan comunicarse entre ellos.

Palabras a la medida.

Los robots en ruedas viajan libres y cuando llegan a un lugar que no han nombrado, generan al azar una combinación de sílabas que representan dicho lugar.

Cuando ese robot se encuentra con otro le cuenta en qué lugares ha estado. Lentamente, mientras los androides viajan y hablan, van reduciendo el léxico de nombres de lugares hasta que generan un acuerdo mutuo sobre su mundo.

Los robots generaron nombres de lugares como "kuzo" "jaro" y "fexo".

Cada ubicación estaba perfectamente vinculada al horizonte del sonar y el localizador de rangos láser instalados en las máquinas, aseguró Schulz. Cada pedazo de territorio tenía generalmente un par de metros de diámetro, dijo.

Esto permitió que los nombres se usaran como medidas de distancia y logró que los robots practicaran juegos que comunican distancia, duración de viaje y dirección.

Algunos juegos involucraban intercambiar sonidos, como el juego "ve a..." que se trataba de que los robos se reunieran en una locación remota.

La doctora Schulz dijo que el poder del lenguaje creado por los androides estaba empezando a cobrar relevancia.

"Les permitía a los robots referirse a lugares en los que no habían estado o incluso lugares que imaginaban que estaban más allá de los confines de su mundo", afirmó.

Schulz aseveró que continuan trabajando para lograr que los robots generen nombres y entiendan más nombres de lugares, además de hacer que su conocimiento geográfico sea más sutil.

sábado, 21 de mayo de 2011

Humanos, programados para el chisme: estudio.



Si ha seguido cada detalle de la infidelidad de Arnold Schwarzenegger o se ha mantenido al tanto de los dimes y diretes de la supuesta paternidad de Don Francisco, puede culpar a sus más lejanos antepasados.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Science, estamos programados para sostener la mirada sobre personas de quienes hemos escuchado rumores negativos.

"El rumor, entendido como un tipo de aprendizaje social, es una poderosa forma de aprender de quién hacerse amigo y -aun más importante- a quién evitar; todo esto, sin el costoso y demoroso proceso de aprenderlo de primera mano", dicen los autores del estudio realizado por las universidades de Harvard, Northeastern y California, en Davis.

En el estudio se pidió a voluntarios observar sets de dos imágenes que se les presentaban simultáneamente: una de un rostro con expresión neutra y otra de una casa.

Al presentarles cada rostro, se les indicaba alguna característica positiva, neutra o negativa de la persona. Los resultados mostraron que los sujetos mantenían por más tiempo la mirada sobre aquellas personas de quien se había dicho algo negativo.

Según los autores, esto demuestra que "escuchar que alguien robó, mintió o engañó aumenta la probabilidad de que una persona observe a quien es supuestamente un villano", aún cuando su aspecto sea neutral.

El hallazgo es coherente con estudios anteriores que indican que los estímulos negativos captan la atención, aumentan la eficiencia de las búsquedas que se hacen con la mirada y mejoran la discriminación por contraste.

Pero por qué ocurre esto. Probablemente porque estamos programados para integrar información negativa de una forma más eficiente que aquella que es positiva o neutra, dicen los autores.

Si no fuera así, las revistas y programas de farándula ya se habrían extinguido.

"Una razón es que a la gente le cuesta lidiar o relacionarse con modelos ideales, porque al hacer comparaciones con uno mismo aparecen como inalcanzables. En cambio, cuando ese modelo ideal comete errores o muestra un lado oscuro se vuelve más cercano, lo bajas del pedestal y es más fácil enjuiciarlo", explicó Emanuel Rechter, psicólogo clínico de la Universidad Andrés Bello.

La función social de los rumores se remontaría a nuestros ancestros remotos. Según el estudio, desde tiempos antiguos los humanos, más que establecer y mantener relaciones gracias "a que se sacaban las pulgas entre sí", lo hacían a través del intercambio de jugosas habladurías y chismes.

"Los rumores permiten a los individuos ir más allá del entablar interacción persona a persona: también sirven para estimar el 'valor' de gente que nunca hemos conocido". aseguraron.

El estudio muestra que si un rostro neutro se asocia cuatro veces con una frase negativa, quienes escucharon esos comentarios siguen evaluando esa cara en forma negativa hasta dos días después.

"Los seres humanos nos reunimos como una forma de protegernos y generar sinergias positivas que permitan subsistir de la mejor manera. Por eso, podemos predisponernos a interpretar de forma aversiva o negativa algo que vemos como amenazante", dijo Emanuel Rechter.

¿Por qué ellas los prefieren altos?

Las mujeres prefieren a los hombres altos por una cuestión de supervivencia, pues están mejor preparados para la lucha, afirman los científicos.

¿Qué hace más atractivos a los hombres altos?

De acuerdo con investigadores de la Universidad de UTA, es Estados Unidos, no es que sean más guapos o más sanos, sino que golpear hacia abajo y no hacia arriba proporciona a los hombres más altos una ventaja en el combate.

De acuerdo con el estudio, pegan más fuerte cuando se mantienen sobre sus dos piernas que cuando están a cuatro patas, lo cual podría ayudar a entender por qué los simios comenzaron a caminar erguidos.

Asimismo, aseguran los científicos, responde al por qué las mujeres prefieren a los varones con más de 1.80 metros, ya que son los que tienen una mayor capacidad para pelear por ellas, defender sus recursos y proteger a sus hijos, publica la página El mundo.es.

"Los resultados del estudio son consistentes con la hipótesis de que nuestros antepasados adoptaron la postura bípeda para que los machos pudieran ser mejores en pegarse y matarse unos a los otros mientras competían por las hembras... de pie sobre dos patas tenían más facilidad para luchar, haciendo los golpes mucho más peligrosos", declaró el biólogo David Carrier, líder de la investigación que aparece publicada en Public Library of Science.

Artuculo completo en:

http://www.sciencedaily.com/releases/2011/05/110518171343.htm

Cerebro de mamíferos creció para oler mejor.



Los cerebros inusitadamente grandes de los mamíferos no evolucionaron para que algún día los seres humanos pudieran abordar dilemas filosóficos, sino más bien para que fuera posible olfatear el éxito reveló un nuevo análisis de algunos de los primeros mamíferos y de especies semejantes que muestran que los cerebros complejos evolucionaron por etapas, comenzando con las zonas encargadas del sentido del olfato.

Las pequeñas criaturas que evolucionaron en los mamíferos de hoy, pasaron de un mundo de información dominada a un grado sin precedentes de aromas y sensaciones, reportaron los investigadores encabezados por Timothy B. Rowe, paleontólgo de la Universidad de Texas.

"Si tuviera que decir a un estudiante lo que significa convertirse en mamífero, sería como volverse un magnífico olfateador", dijo Rowe.

El crecimiento de la región cerebral que permite olfatear fue seguido por la evolución en las áreas cerebrales que tienen que ver con la sensibilidad al tacto del vello capilar y luego las partes que permiten mejorar el movimiento, agregan Rowe y sus colegas en la revista Science.

Entre los mamíferos, los humanos de hoy cambiaron parte de esa habilidad olfativa por mejorar la visión y el oído, agrega el paleontólogo, quien dice que aún contamos con los perros, que explotan mucho el sentido del olfato.

A medida que evolucionaron los cerebros de los mamíferos, el área involucrada en la respuesta sensorial "se sometió a un desarrollo particularmente espectacular", agrega R. Glenn Northcutt, de la Institución Oceanográfica Scripps, quien no fue parte del equipo de Rowe.

"El reporte es muy importante porque muestra, por primera vez, la historia evolutiva de las principales regiones cerebrales en los parientes más cercanos de los mamíferos", dijo Hans-Dieter Sues, paleontólogo del Museo de Historia Natural del Smithsonian.

Rowe estudió los cerebros de las especies Morganucodon y Hadrocodium utilizando un escáner de tomografía computarizada para obtener imágenes del cráneo de los animales. Las criaturas vivieron hace casi 190 millones de años cuando los mamíferos apenas comenzaban a evolucionar.