lunes, 31 de enero de 2011

Partes de nuestro genoma más cerca del orangután que del chimpancé.


Un estudio liderado por Mikkel H. Schierup y Thomas Mailund de la Universidad Aarhus de Dinamarca y publicado en la revista Genome Research muestra que, aunque compartimos más genes con el chimpancé (99%) que con el orangután (97%), hay partes de nuestro genoma que se parecen mucho más a éste último.

Humanos y chimpances partimos de una especie común. Nuestra especie se habría separado hace 14 millones de años de la del orangután, mientras que los chimpancés lo hicieron hace seis millones de años.

Las conclusiones del estudio reflejan que, por razones que desconocemos, los chimpancés perdieron en algún momento restos del ADN del orangután que los humanos conservaron.

La secuenciación del genoma permite conocer las diferencias genéticas específicas de las tres distintas especies.

"En nuestro ADN quedan huellas de nuestro pasado más remoto, y nuestra forma de método es utilizar esas pistas para estudiar la genética de nuestros ancesores", afirma Mailund.

Pariente común.


"Cuando una población se separa de un ancestro la variación genética que cada una de ellas hereda del pariente común cambiará a medida que la población diverge, dando paso problamente a dos tipos de especies distintas", explica el investigador.

"Como los humanos, chimpancés y orangutanes tienen un pariente común, es posible que cuenten con variaciones genéticas que se perdieron posteriormente en primates más cercanos", continuó Mailund.

El equipo de científicos utilizó un modelo matemático para identificar las regiones del genoma del orangután donde éste está más cerca del humano que el del chimpancé.

La evidencia encontrada sugiere que los humanos y los chimpancés ancestrales tenían una gran diversidad genética en comparación con la que se produjo una vez que se separaron de los chimpancés, donde se observa una reducción de la misma y no se registra tanta variación.

A medida que los descendientes de la línea de evolución de los humanos comenzaron a diversificarse entre especie y especie la variación genética de los ancestros desapareció del genoma y fue sustituida por una nueva variación.

Los resultados de la investigación son cruciales para seguir la pista a esas variaciones genéticas que tuvimos con nuestros antepasados y que se perderían si sólo examináramos a las poblaciones de las especies actuales.

El estudio de Schierup y Mailund está relacionado con otro publicado recientemente por la revista Nature en la que se explicaba que el orangután evolucionó más lentamente y menos dramáticamente que humanos y chimpancés.

También se descubrió que había grandes diferencias genéticas incluso entre miembros de la misma especie.

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