jueves, 3 de febrero de 2011

Los genes también influyen en el salón de clases.

Se piensa que, a la hora de evaluar qué tan efectivo es un colegio para educar a un niño, la calidad de los maestros, del currículo y del ambiente escolar son factores básicos.

Pero una nueva investigación llevada a cabo en el Reino Unido descubrió que ésos son sólo la mitad de los factores.

La otra mitad, afirman los científicos del Instituto de Psiquiatría del King´s College de Londres, son los genes con los que cuenta un niño.

El estudio, llevado a cabo con 8.000 gemelos (4.000 pares), descubrió que en el salón de clases, la herencia tiene un impacto tan importante como la crianza.

El hallazgo, afirman los expertos, refuerza la teoría de que la mejor educación es la enseñanza personalizada.

Los científicos analizaron los resultados de pruebas realizadas por gemelos de 12 años, tanto idénticos como no idénticos, en materias de inglés, matemáticas y ciencia.

Descubrieron que los gemelos idénticos -los que se originan del mismo óvulo y por lo tanto comparten todas las características genéticas- tuvieron resultados más similares en las pruebas que los de gemelos no idénticos, que se originan de distinto óvulo y sólo comparten la mitad de su formación genética.

"Estos resultados fueron sorprendentes porque indican que incluso sin tomar en cuenta los logros anteriores y la capacidad cognitiva general de un niño, la medición que resta de su rendimiento está significativamente influida por los factores genéticos", afirman los investigadores.

"Extrayendo" el potencial

El estudio afirma que el hallazgo pone de manifiesto la necesidad de reexaminar lo que las escuelas, colegios y universidad ofrecen a los niños y jóvenes, particularmente a la luz de la tecnología moderna.

"En lugar de pensar en la educación como una forma de contrarrestar las diferencias genéticas entre los niños, el campo de la educación debería aprovechar el hecho de que los niños difieren genéticamente en cuánto son capaces de aprender" expresan los científicos.

"Esta forma de pensamiento es compatible con la actual tendencia hacia la educación personalizada para optimizar el aprendizaje de un niño, lo cual cada vez es más posible gracias al uso de la tecnología de la información interactiva", agregan.

El informe concluye que " de forma más general, en lugar de pensar en la educación como instruir (del latín instruere que significa "preparar" o "incorporar") esta perspectiva genética sobre el aprendizaje sugiere un regreso al significado original de la educación (del latín educare y educere, que significa "guiar" y "formar")".

Participantes activos

La doctora Claire Haworth, la genetista que dirigió el estudio, señala que abordar una perspectiva genética de la educación significa alejarse de la noción de que los niños son "receptores pasivos" de conocimiento.

En lugar de esto, afirma, "un enfoque genético para la educación sugiere una visión activa del aprendizaje en la que los niños seleccionan, modifican y crean su propia educación, en parte sobre la base de su propensión genética".

"Estos hallazgos no significan que la calidad de la educación no es importante. De hecho, los factores ambientales son tan importantes como los factores genéticos" expresa la investigadora.

"Sin embargo, estos resultados revelan que los niños llevan al salón de clases características que influyen en la forma como tomarán ventaja de la calidad de la educación que se les ofrece".

"Por ejemplo, pensemos en un salón de clases lleno de estudiantes con un mismo maestro. Algunos niños aprenderán más que otros, aún cuando su experiencia educacional en la escuela es exactamente la misma", dice la doctora Haworth.

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