sábado, 26 de febrero de 2011

Ratones recién nacidos pueden regenerar su corazón.


Luego de cortar una gran parte del órgano, los investigadores observaron cómo el tejido se restauraba por completo al cabo de tres semanas.

Se sabe que peces y anfibios tienen poder de regeneración. Sin embargo, según el corresponsal de Ciencia de la BBC, Neil Bowdler, esta es la primera vez que el proceso se observa en mamíferos.

Expertos británicos aseguran que entender este procedimiento podría ayudar al cuidado del corazón humano.

Estrecho margen.

Investigadores del Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas removieron quirúrgicamente a ratones de un día de nacidos lo que se conoce como el vértice del ventrículo izquierdo del corazón (un 15% del músculo).

Rápidamente el órgano comenzó a regenerarse y fue restaurado por completo después de 21 días. Al cabo de dos meses, aún parecía estar funcionando normalmente.

Sin embargo, cuando el mismo proceso intentó realizarse con roedores más viejos, el corazón no se regeneró, lo que sugiere que el poder de autoregeneración es extremadamente corto.

Estudios posteriores revelaron que las células de reparación provienen del músculo cardíaco y que, en efecto, sólo ejercen su función reparadora durante un estrecho margen de tiempo después del nacimiento.

"Estos resultados muestran que las células del músculo nuevo que reparan la región amputada del corazón provienen de la proliferación y migración de células preexistentes", dijo el profesor Eric Olson, quien trabajó en el estudio.

"No tenemos evidencia de que provengan de células madres", agregó.

Muchos anfibios y peces, en particular el pez zebra, tienen la habilidad de regenerar el músculo del corazón, incluso durante la adultez.

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Este nuevo estudio sugiere que los mamíferos también poseen esa capacidad de regeneración, aunque sólo sea por tiempo limitado.

El profesor Olson cree que investigaciones futuras podrían demostrar que los seres humanos tienen una capacidad similar.

"No hay razón para dudar que el corazón humano pueda regenerarse", dijo Olson.

"Todo lo que sabemos acerca del desarrollo y el funcionamiento del corazón del ratón es comparable al corazón humano. Por esa razón, confiamos en que el proceso podría ocurrir, aunque aún deba demostrarse".

Reactivación.

Según Neil Bowdler de la BBC, la meta del equipo de investigación es "reactivar" esta capacidad de autoreparación en ratones adultos, con la ambición de conseguir lo mismo en seres humanos, para así reparar los daños que pudiera causar un infarto.

"Hemos identificado una pequeña pieza de material genético que regula este proceso y que puede ser utilizada para mejorar la regeneración cardíaca durante la edad avanzada. Además, estamos en la búsqueda de nuevos medicamentos que puedan reactivar este mecanismo en ratones adultos", dijo.

Para el profesor Jeremy Pearson, director del British Heart Foundation, el estudio muestra que la regeneración del corazón no es una función exclusiva del pez zebra y los tritones, pero "se debe continuar trabajando para realmente comprender lo que ocurre dentro del corazón".

"Esta emocionante investigación demuestra que los ratones jóvenes pueden curar sus corazones dañados, lo que pudiera revelar la clave para sanar los corazones humanos adultos", asegura Pearson.

Olson admite, sin embargo, que encontrarán obstáculos: lo que puede funcionar en el corazón con tensión baja de un pez zebra, puede que no funcione en un complejo corazón humano con tensión alta.

Según él, hurgar en las células musculares del corazón podría, por ejemplo, desencadenar arritmias.

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